sábado, 15 de abril de 2017

EL HADA MARIPOSA Y SU REINO

EL HADA MARIPOSA habitaba en el jardín donde florecían las flores de mil colores, su vestido estaba hecho de tull carmesí y le gustaba llevar un corazón como colgante en su mano izquierda. Su misión consistía en dirigir el reino de las mariposas, que estaba conformado por hermosas nubes de mariposas de todos los colores que revoloteaban sin parar por todo aquel lugar.
Según su color las mariposas cumplían diferentes misiones, así las azules gustaban de posarse sobre la cabeza de las personas y a pesar de ser las mas pequeñas esparcían paz y tranquilidad a su alrededor. Las encantadoras mariposas color rosa, tenían la particularidad de revolotear alrededor de las gentes que inevitablemente sonreían y se impregnaban de una gran ternura apenas las veían. Las de color rojo siempre se colocaban por delante, eran grandes en tamaño y su color de un rojo llamativo y aterciopelado era muy intenso, así que siendo tan apreciables y teniendo un color tan vigoroso, infundían fuerza y valor. También estaban las mariposas transparentes que para poder distinguirlas, había que mirar fijamente a través del aire y por un instante podían ser divisadas en un tenue brillo de luz que se producía cuando movían sus alas, siendo tan mágicas tenían la capacidad de promover los sueños e inspirar la imaginación de todos los que las veían. También estaban las mariposas amarillas que infundían alegría y las de color violeta que anunciaban el arcoíris.
El HADA MARIPOSA tenía mucho trabajo, ya que tenía que asignar a cada grupo de mariposas el lugar donde debían ir y la misión que tenían que cumplir. En algunos casos, las enviaba a lugares

muy distantes donde hacía falta embellecer algún jardín o unirse a otras mariposas de otros bosques, pero la misión más común que les asignaba era ir por los caminos, acompañando el trayecto que hacían las personas y los niños. De todas maneras, el HADA MARIPOSA, pese a sus múltiples ocupaciones, nunca dejaba de sonreír, siempre tenía tiempo para jugar con los pajaritos que se acercaban hasta donde ella estaba y aparecía de vez en cuando en algún lugar, para revolotear junto con sus hermosas súbditas.