miércoles, 17 de junio de 2015

EL MIMO


Caminando por el pequeño pueblo donde vivo, justo en el centro donde están todas las tiendas y numerosas terrazas, estaba aquella figura delgada e inmóvil. Me acerqué atraída por el color de su vestimenta que siendo toda de blanco le daba un aspecto atractivo y pulcro. Su inmovilidad perfecta y su lenguaje corporal fue lo que llamó mi atención y la de los niños que estando por allí se acercaban a mirarla. No aguanté la tentación y le tomé algunas fotos. Repentinamente nos sorprendió gratamente a los niños y a mí con un movimiento elegante y dirigido hacia los que allí le observábamos. Me percaté de que aquel mimo era una chica, e inmediatamente sentí admiración por lo que expresaba con su arte y por su manera de ganarse la vida. Para los niños lo que representaba aquella chica, era una fantasía maravillosa y mágica que se reflejaba en las sonrisas y gestos que expresaban en sus pequeñas caras al observarla. Numerosas personas al pasar por allí seguían su tránsito sin detenerse, apenas lanzando una mirada o esbozando una sonrisa en sus rostros. Al enfocarla con mi móvil, me lo agradeció con su mirada. Pero más le agradecí yo lo que hacía con su arte, ella sola con su vestimenta blanca, con su exquisita técnica de mimo, con la disposición de todo su ser al completo, regalaba magia y fantasía, regalaba eso que hace exaltar la imaginación y la sensibilidad humana aunque sea por un segundo, pero que llena tanto. Por un instante imaginé, -y si todos fuéramos mimos y también al igual que ella fuéramos por allí por la vida, regalando fantasías, embelleciendo momentos, creando instantes mágicos-. Y precisamente eso fue lo que sucedió aquel cotidiano día, aquella encantadora mima nos regaló a los niños y a mí, un instante mágico.

martes, 9 de junio de 2015

NOSTALGIA


A lo lejos la inmensidad del mar se confunde con la inmensidad del cielo, desde este lugar las dos inmensidades se contemplan perfectamente.
Cierro los ojos y por un instante esas inmensidades se meten en mi corazón y arropan mi soledad, entonces, como por arte de magia, el horizonte se acerca y con él la tierra que me vio nacer, y se une al calor y al amor maternal que pulula por todos los rincones  de esta hermosa región. Y sueño que ya no existe  ni horizonte ni distancia.
Oigo sus voces, la de mis abuelos, que me arrullan y consuelan, y con travesura ellos soplan la maravillosa brisa que seca mis lágrimas. Una sentida ternura me envuelve.
A lo lejos la inmensidad del mar se confunde con la inmensidad del cielo, desde este lugar las dos inmensidades se contemplan perfectamente, y a mis oídos llegan los ecos de una folía y del zapateo de un joropo. La nostalgia se viste de quietud y silencio.

SE QUEDÓ CALLADA ANTE AQUELLO QUE LASTIMÓ SU ALMA


Se quedó callada ante aquello que lastimó su alma.
Aquel nueve de junio las lágrimas invadieron su rostro y el cinismo de las palabras de aquella conversación, bailó su danza con aires de soberbia. Por un tiempo sintió vergüenza, lástima de si misma y mucha tristeza. Y entonces llegó la soledad cargada de lágrimas, y paradójicamente también llegó la amistad en forma de consuelo, de la mano de un caballero-amigo y de una hermana-amiga. Durante un año se quedó callada ante aquello que lastimó su alma. Hoy soplan vientos fuertes, hay nuevos aires y se divisa por fin un horizonte lleno de esperanza. Ya no más vergüenza, ni lástima. Nunca existieron. Sólo fue el miedo que quiso  jugar su juego. Y aunque el orgullo y la arrogancia quisieron hacer su reaparición e infundir temor, ella con valentía pronunció palabras fuertes, sentidas y certeras. Ha dado una lección y no guarda rencor porque su soledad la vistió de sabiduría. Y allí, en ese lugar donde habita el temor, yace él, inmóvil y acorralado en su cobardía, en cambio ella, aunque algunas lágrimas le dan brillo a su mirada de vez en cuando, alza el vuelo, porque soplan vientos fuertes, hay nuevos aires y se divisa por fin un horizonte lleno de esperanza.