domingo, 3 de diciembre de 2017

LUNA

Y mientras mis insistentes pensamientos me retuercen y me exprimen la vida, una majestuosa luna enfrente de mí, grande, luminosa, lumbrera del cielo, me hace partícipe de su mágico espectáculo nocturno. Luna llena, plena, clara que viene a mostrarse como maravilla de la naturaleza, que me invita a perderme en su reflejo, que atrapa mi mirada y la enseña a diluirse en su luz, que incita a mi imaginación a entregarse a su magia distrayéndome por un momento de mi ser para hacer que me adentre en su poderoso misterio, superluna de este tres de diciembre se me antoja como un capricho de la naturaleza, entonces, gracias a ella conecto, y sin darme cuenta le hablo, mas bien hago una petición e invoco al universo un pedacito de su belleza, un poquito de su serena condición natural, que el poderío que desprende su magistral presencia rompiendo la oscuridad de la noche y subyugando a todo aquel que la ve, así también ese mismo poderío rompa y subyugue mis letanías personales y convierta mis anhelos en realidad. Al final, la superluna enfrente de mí ha desvanecido con su luz aquellos pensamientos que me consumían. Bendito capricho de la naturaleza.



sábado, 25 de noviembre de 2017

EL DINOSAURIO

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, así que el famélico hombre se levantó y en un nuevo intento por espantar al enorme vertebrado volador hizo toda clase de ruidos y señas. El animal que permanecía impasible ante los desmanes de aquel ser, no sólo no se movía sino que además no dejaba de mirarle con sus grandes ojos bonachones. Cansado de gesticular, el hombre volvió a su lecho de enfermo no sin antes echarle al dinosaurio unas migajas de pan que le habían sobrado de la cena. El dinosaurio tenía una cabeza muy grande, extenso cuello, una cola fuerte y robusta, patas traseras con afiladas garras, unos trece metros de altura aproximadamente y unas largas alas que semiextendidas yacían sobre el piso. El atormentado hombre se acostó y cerró sus ojos sin dejar de murmurar que nunca lograría ahuyentar a ese misterioso animal, además, no podía entender como semejante dinosaurio de color verde grisáceo había logrado entrar en su habitación.

sábado, 11 de noviembre de 2017

HALLOWEEN

Aquel era el mejor plan que habíamos ideado nunca.  Mi hermano y yo éramos unos críos de siete y ocho años de edad respectivamente.  Nos chiflaba la fiesta de Halloween y no veíamos la hora de poner en marcha nuestra gran idea. Habíamos pasado un año entero abocados en el cuidado y cría de nuestras preciadas arañas que protegíamos con mucho celo para que no fueran descubiertas principalmente por nuestros padres. En un oculto rincón del patio de casa y en el hueco del tronco de un gran árbol tenían su hogar nuestras arácnidas amigas; nos habíamos ocupado mi hermano Pedro y yo de acondicionar el lugar para que no solo estuvieran cómodas sino para que también permanecieran ocultas en su  morada. Nuestra preferida era una grande de color negro que tejía sin parar. Llegó el día y preparamos todo el salón de casa con la mas original decoración jamás vista, colocamos las arañas por los rincones y enseguida comenzaron a aparecer telas de araña por doquier. Cuando llegaron nuestros amigos del cole, alucinaron con el mágico ambiente que habíamos creado para nuestra celebración de Halloween. El momento culminante vino cuando nuestro compañero Matías cayó al piso  convulsionando y echando una espuma blanca por la boca. Una gran araña negra yacía sobre su cuello. Todos aplaudieron lo que creían era una gran puesta en escena creada para la fiesta.



































jueves, 26 de octubre de 2017

SUEÑO DEL 30 DE AGOSTO 2015.

La chica acudió a un evento y para ello, al parecer, tuvo que trasladarse. El sitio al que acudió estaba conformado por hermosos salones muy amplios con cortinas blancas y jardines llenos de flores. Había en él mucha gente que danzaba. Ella se asomó a un salón grande y vio a su conocido bailando o para ser mas exactos, dando instrucciones de baile a otro chico. Su conocido vestía una camisa blanca y una especie de pantalón-falda de una tela fina de color verde claro que brillaba. Él la vio o al menos sabía que ella estaba allí mirándolo, pero mantuvo la actitud del que no se ha percatado de la presencia de otra persona. Ella caminó hacia uno de los jardines y allí visualizó un ave grande que parecía una paloma echada en el piso, estaba echada de tal manera que no se veían ni su cabeza ni sus patas. Su plumaje de un blanco muy hermoso resaltaba y acaparaba su admiración.
Repentinamente la hermosa ave se transformó en su amigo S… y le dijo de forma cariñosa y alegre: -Soy yo, S...- y ella con entusiasmo, con una gran sonrisa y con seguridad le dijo: -Sé que eres tú S…, me alegra saludarte-. Su amigo S… le dijo: -Te traigo este regalo-, y le entregó a ella una tela o pergamino dorado. Ella lo recibió con mucho regocijo y le dijo que si, que sabía que ese regalo era para ella y le dio las gracias. Conversaron ella y S… algunas palabras que no logra recordar, como tampoco logra recordar el mensaje que estaba escrito en el pergamino. Acto seguido ella se dirigió hacia las afueras de uno de los salones de baile donde había otro jardín y allí estaba su conocido con otras personas, eran sus amigas que también les gustaba bailar, todos estaban vestidos de blanco. Ella los vio a cierta distancia y pensó para sí, él está con la gente que le gusta y donde él quiere estar. Ella decidió retirarse del lugar no sin antes darse cuenta de que él la miraba, y percibiendo que él quería acercarse a ella, hablarle y no podía hacerlo. Lo último que recuerda de su sueño es la mirada y la expresión del rostro de su conocido, eran la mirada y la expresión del que está prisionero. Su regalo (pergamino) lo llevaba en la mano.

Para ella este fue un sueño triste enmarcado en un ambiente de mucha belleza. Sin duda alguna amplios salones con níveas y transparentes cortinas, floridos jardines llenos de multicolores flores y un misterioso regalo otorgado por una querida persona, hacen que las sensaciones de este sorprendente sueño no se borren de su memoria. Es extraño que a pesar del tiempo transcurrido los colores y las texturas de las imágenes de su sueño permanezcan nítidas en su recuerdo, y por ello no puede dejar de percibir un ambiguo halo de premonición cuando las evoca.

Ella estampó su firma y cerró su diario sintiendo lo de siempre, que sus sueños siguen un camino propio que además de poseer el atributo de ser guías para su alma también se convierten en una fuente inagotable de inspiración para sus escritos.


lunes, 11 de septiembre de 2017

PEQUEÑOS FANTASMAS

El silencio fantasmal de aquel recinto hacía que contuviera mi respiración. No podía quitar mi mirada de aquellas pequeñas camas, quería percibir en  los desecados hilachos de las que alguna vez fueron sábanas, viejos aromas infantiles, pero un escalofriante miedo  recorría mi cuerpo al intentar imaginar aquellas vidas humanas evaporadas y convertidas en nada.
Ni ruido ni viento eran capaces de entrar por aquellas desnudas ventanas. Sobre cada camita una muñeca de plástico con cabello sintético simulaba la vida que aquella catástrofe le negó para siempre al infante que la ocupó, quería mi imaginación descubrir los sueños que alguna vez flotaron en sus cabeceras.

Ese silencio fantasmal me incitaba a ver, en aquellas muñecas y otros juguetes pequeños fantasmas, y se me antojaba que poseídos por un misterioso poder lo controlaban todo, inclusive los recuerdos. Escuché que algunas personas los habían colocado por toda la habitación para que no se olvidara a los niños que habían vivido allí. Llamó mi atención un pequeño piano, cerré los ojos, y desafiando aquel lúgubre silencio presioné una tecla, oí un si agudo sin fuerza. Me pareció aquel lastimero sonido el gemido de una de las tantas voces infantiles devastadas por aquella tragedia nuclear.

sábado, 5 de agosto de 2017

EN VUELO Y CANTABRIA

Poco a poco el característico ruido del avión metido en mi cabeza comenzó a invadir mis pensamientos, se fueron disipando las dudas y los tan irremediablemente entrometidos asuntos del trabajo. Unas inesperadas risas a causa del vecino que ocupaba el asiento a mi derecha, por la gracia que me causaba el bamboleo de su dormida humanidad, me invadieron y vinieron a refrescar mi día. A través de la ventanilla el azul del cielo se dispuso a llamar mi atención. Una voz muy peculiar, la del comandante del avión, hizo que prestara atención a todas las veces que se dirigió a los pasajeros, la primera vez para decirnos que estábamos justo sobre el sur de Portugal y la segunda, para recitarnos en un tono casi teatral la importancia y el respeto que le debíamos a su tripulación, lo que me hizo suponer que algo habría pasado entre algunas de las jóvenes y guapas azafatas que nos atendían y algún pasajero. Pequeñas turbulencias que sacudían el aparato volador, me hacían luchar para mantener el equilibrio en mi dedo y poder teclear atinadamente, era necesario escribir algo, no debía desaprovechar este preciado tiempo libre que logré liberar de los barrotes del horario laboral. Una pequeñaja pasó corriendo por el pasillo central, no logré verla bien, sólo el característico ruido que hace un niño cuando corre y el movimiento de su cabello dieron cuenta de ello. Oía las voces y las risas de mis compañeros desperdigados por todo el avión cuando, la artística voz del comandante irrumpió nuevamente para decirnos que en veinte minutos llegaríamos a Madrid, que en su cielo había algunas nubes y que la temperatura allí sería de 39 grados. Miré por la ventanilla y la claridad me deslumbró, eran las 16:24 h. en el vuelo 3911 que estaba a punto de finalizar, pero mi propio vuelo el que ocupa mis días, continnuaba. Por lo pronto voy rumbo a descubrir Cantabria.

María de la Luz (05/08/2017)

viernes, 7 de julio de 2017

EL SENTIDO DE LA VIDA

La niña buscaba desesperadamente su escuela, desorientada y aturdida caminaba entre los escombros, cansada ya de andar se le ocurrió una idea. Tal y como se lo había enseñado su maestro, tocaría, así podrían escucharla y alguien vendría a por ella. En un intento por sacar su flauta de la mochila que apretaba contra su pecho, sintió un punzante dolor, pero restándole importancia a tal anomalía y a la sangre que manchaba su vestido color rosa, siguió adelante para cumplir con el cometido de ser escuchada. Asustada dejó caer la mochila al suelo, cuando una ensordecedora detonación hizo temblar aquellos cuerpos inertes que llenos de polvo yacían tirados por doquier. La guerra le había arrebatado todo, pero no lo que sentía cuando tocaba su flauta, estaba convencida de que la música la ayudaría una vez más a no darse por vencida y a encontrarle sentido a la vida. Cerró sus ojos y sus pequeños dedos siguieron el orden aprendido en clase para empezar en la nota musical mi, el cual consistía en tapar el agujero de detrás, colocar tres dedos con la mano izquierda y dos con la derecha, y a continuación levantar el dedo anular de la izquierda dejando destapado el tercer orificio. Respiró y comenzó a tocar.

María de la Luz (07/07/2017)

lunes, 29 de mayo de 2017

ENAJENADA

La ciudad estaba vacía, sólo se escuchaba el sonido de mis propios pasos a pesar de que iba descalza. El silencio que imperaba a mi alrededor era tan sobrecogedor que temía hacer ruido con mi caminar, así que cogiendo mi falda comencé a andar de puntillas y tan rápido como me lo permitía el poco valor que me acompañaba puesto que, aquella extraña situación en la que me encontraba inundó mis sentidos de miedo e inseguridad. Ahora lo podía comprobar, esa agónica melodía estaba dentro de mi cabeza, y en cada paso esa sucesión de lánguidos sonidos me distraían del imperante y aterrador vacío del que estaba compuesto aquel lugar. Aquella extraña situación vino a terminar de darle forma a la gran confusión en la que me encontraba desde hacía bastante tiempo, o al menos así lo creía yo, me refiero a lo de bastante tiempo, y entonces le encontré explicación a lo que me pasaba. Alcé mis manos y tapé mis oídos, y al oir únicamente esa melodía dentro de mí entendí que era la que no le daba paso al ruido del mundo que me rodeaba. Había vivido enajenada. Cuando desperté aquella mañana le di los buenos días a la enfermera convencida por fin de que la ciudad no estaba vacía.
María de la Luz (29 de Mayo 2017)

miércoles, 10 de mayo de 2017

SENSACIONES DE UN SUEÑO

Había ido con mi madre a un sitio el cual no conozco, mas sin embargo sí conocía algunas de las personas que encontré en dicho lugar. Era una especie de casa vieja ubicada quizás en una ciudad, su techo era de láminas de zinc y su piso era de cemento pulido. Había un grupo de personas que pertenecían a una organización y por esa razón estaban allí en una especie de reunión. De todas las allí presentes conocía perfectamente a una mujer y al que regentaba el grupo y por supuesto, también conocía de lo que trataba ese grupo y lo que hacen las personas que pertenecen a él. En un primer momento estaban todos dentro y en los alrededores de la casa, que tenía pasillos, corredores y varias habitaciones, pernoctando en alegre conversación. La mujer morena que conozco decía algo que no recuerdo, pero si recuerdo que hablaba en tono amable y sonriente. De repente estaban todos reunidos en un cuarto que hacía las veces de aula, en lo que parecía ser una clase de estudio. Aunque yo estaba afuera y sólo podía escuchar, tenía la certeza de que estaban todos sentados en pupitres. El que regía el grupo hablaba o mas bien leía, reconocí perfectamente su voz. Por lo que escuchaba, supe que leía, recuerdo algunas palabras entre las que repetía insistentemente, “yo”; leía en primera persona. Luego, repentinamente se derrumbó la casa y todos tuvieron que salir de allí, pude ver como un techo se había venido abajo, no hubo heridos, ni siquiera alguien sufrió algún golpe, tampoco hubo escándalo ni estruendo y todos los que allí estaban simplemente se fueron, quedaron algunos pocos hablando de lo sucedido. Yo le dije a mi madre: -Vámonos de aquí, no debemos estar aquí-. Después vi al que regentaba el grupo caminando solo, una capa azul le cubría en su totalidad, encorvado y torcido hacia el lado izquierdo le vi alejarse de espalda. Fin de mi sueño.
Cuando recuerdo mi sueño, mis sentidos son invadidos por una mezcla de sensaciones extrañas que dibujan trazos de cobardía, injusticia y dolor. Lo cierto es que en el sueño una parte de mi, y de eso estoy plenamente consciente, pujaba por alejarse, no quería revivir antiguas tristezas.

María de la Luz (10/05/2017)

jueves, 4 de mayo de 2017

SAN MIGUEL DE ABONA A TRAVÉS DE MI MIRADA

Recientemente pernoctando en ese maravilloso portal al mundo que es internet, leí el extraordinario mensaje de un niño de siete años en el cual solicitaba información del hermoso pueblo donde vivo. El pequeñajo desde Ciudad Real, Cádiz, expresaba en una encantadora misiva escrita de su puño y letra que quería conocer a través de folletos, carteles, fiestas y tradiciones a SAN MIGUEL DE ABONA para cumplir con una tarea asignada por su cole.
Siguiendo el ejemplazo de este aplicado niño me he inspirado para escribir unas pocas palabras que permitan dar a conocer a quienes lean este escrito, el pueblo donde vivo desde hace ya un año y tres meses.
Para mí San Miguel de Abona es un hermoso pueblo azul, así al menos lo descubrió mi mirada. Estando yo recién llegada a las Islas Canarias, participé en un concurso de relatos promovido por el ayuntamiento de un pueblo del sur de Tenerife. Presta a iniciar un camino para mostrar mis letras, me fui a entregar mi escrito y fui a parar con mi relato a una encantadora casa Azul de un bonito pueblo ubicado en lo alto.
La casa Azul de la que hablo es la sede del ayuntamiento de este pintoresco pueblo, es una edificación de dos pisos, rodeada de jardines y corredores, con amplias ventanas cuadradas, y por supuesto está pintada de un azul que asemeja el azul del mar.
Edificada en los años veinte del siglo pasado, reproduce las características de la arquitectura brasileña, inusual en las medianías del sur tinerfeño, se trata de una casa pintada de azul celeste, de ahí el nombre con el que se la conoce, con planta de vivienda y semisótano, y rodeada por un pasillo exterior porticado. El 2 de marzo de 1974 se inauguró “La Casa Azul” como nueva sede del Ayuntamiento.
Hoy viviendo aquí y recordando aquel episodio de mi vida, han pasado ocho años de aquello, no dejo de pensar en los caminos premonitorios del destino. Quién me iba a decir a mí que me establecería aquí y que San Miguel me haría el maravilloso regalo de proveerme de un hogar.
Por mi afán de dedicarme a las letras conocí este lugar y también por mis letras tengo hoy la oportunidad de darlo a conocer, así que paso a describirles desde mi propia óptica como es San Miguel de Abona.
El término abona significa “grandes piedras”, San Miguel de Abona está situado en el sur de la isla, limitando con los municipios de Granadilla de Abona, Vilaflor de Chasna y Arona, tiene este pueblo un acogedor casco histórico y si caminas por sus empedradas calles podrás disfrutar de antiguos ventanales y portales, y más aún, si le permites a tu imaginación tocar en alguna de esas puertas te responderá el murmullo de alguna interesante antigua historia cotidiana.
San Miguel es uno de esos municipios sureños que te conquistará por su sencillez y encanto de otra época. Su casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico, es el núcleo urbano tradicional mejor conservado de el sur de Tenerife, desde la perspectiva arquitectónica. Te dará la impresión de estar dentro de esas viejas fotos en blanco y negro, pero con todo su colorido esplendor.
Hay una pequeña ermita, la ermita El Calvario, que ejerce un encantador poder sobre mí, y cada vez que paso por su frente invocaciones universales inundan mi alma. La parroquia matriz es un templo construido en la segunda mitad del siglo XIX. Esta iglesia presenta los rasgos típicos de los templos del barroco tardío canario. Fue construida en piedra y madera de los alrededores y en su interior está la imagen de San Miguel Arcángel, patrón del municipio de San Miguel de Abona.
Son muchos los lugares de interés histórico y cultural de San Miguel de Abona que yo podría describirles, pero prefiero invitarles a que se permitan descubrir este lugar de la geografía Canaria usando sus sentidos, segura estoy que encontrarán a su paso maravillosos rincones, sentirán el clima, olerán la naturaleza, oirán aconteceres pasados, y percibirán la historia que precede a este pueblo del sur y que puja por no dejarse olvidar. En sus edificaciones amtiguas, en sus tradiciones, en sus mayores, en sus hijos ilustres como Juan Bethencourt Alonso, en sus barrancos, en la Casa del Capitán, en la Biblioteca Municipal y en mucho mas lo descubrirán.
Si yo tuviera la oportunidad de contestarle a ese sabio pequeñajo acerca de cómo es el pueblo donde vivo, le diría que desde la azotea de casa puedo divisar el mar, algunos pueblos bajos, una montaña roja, un pedacito de paisaje coloreado de verde y flor y por supuesto un cielo azul, que puedo atrapar con mi mirada la inmensidad del horizonte desde las alturas de sus miradores, que de regreso del trabajo, cuando voy subiendo por la carretera, entre montañas, allí donde las nubes se posan se puede ver mi pueblo, que de noche un mar de estrellas inunda mi cielo, el que puedo ver desde mi ventana y que mi mirada lo descubrió como un hermoso pueblo florido en donde el azul le da color al recuerdo de la primera vez que lo visité.
María de la Luz (04/05/2017)

lunes, 1 de mayo de 2017

HERMANA BRUJA

No hablaba con nadie; se ponía flores en el pelo y había mágicos secretos en sus ojos. Rosalía era su nombre; siendo una niña muy pequeña descubrió su capacidad de curar milagrosamente todos los males, y poseía una especial conexión con las flores a las cuales utilizaba como herramienta de trabajo para desarrollar sus artes y hacer el bien según lo explicaban las gentes del pueblo. En las afueras del caserío, vivía en una hermosa cueva; el lugar estaba lleno de cestas con flores y de vasijas rebosantes con aromáticos aceites; las enredaderas floridas todo el año cubrían el techo y numerosos enseres y utensilios colgaban de las paredes. Curiosamente coloridas mariposas de todos los tamaños señalaban el camino hacia su morada para todo aquel que necesitara visitarla. Se convirtió en hermana bruja el día que siendo aún muy joven y haciendo uso de sus poderes sobrenaturales, pudo contener la fuerza del río que repentinamente creció y amenazaba con inundar y arrastrar todo a su paso. Ante el asombro de todos, le murmuró al rio una extraña arenga al tiempo que le tiraba florecillas con lo que, inexplicablemente, el río se tornó apacible transformándose en mansas aguas cubiertas de flores. Tal era uno de tantos de sus misterios del que fue testigo mi abuelo.
María de la Luz (01 de Mayo 2017)

sábado, 15 de abril de 2017

EL HADA MARIPOSA Y SU REINO

EL HADA MARIPOSA habitaba en el jardín donde florecían las flores de mil colores, su vestido estaba hecho de tull carmesí y le gustaba llevar un corazón como colgante en su mano izquierda. Su misión consistía en dirigir el reino de las mariposas, que estaba conformado por hermosas nubes de mariposas de todos los colores que revoloteaban sin parar por todo aquel lugar.
Según su color las mariposas cumplían diferentes misiones, así las azules gustaban de posarse sobre la cabeza de las personas y a pesar de ser las mas pequeñas esparcían paz y tranquilidad a su alrededor. Las encantadoras mariposas color rosa, tenían la particularidad de revolotear alrededor de las gentes que inevitablemente sonreían y se impregnaban de una gran ternura apenas las veían. Las de color rojo siempre se colocaban por delante, eran grandes en tamaño y su color de un rojo llamativo y aterciopelado era muy intenso, así que siendo tan apreciables y teniendo un color tan vigoroso, infundían fuerza y valor. También estaban las mariposas transparentes que para poder distinguirlas, había que mirar fijamente a través del aire y por un instante podían ser divisadas en un tenue brillo de luz que se producía cuando movían sus alas, siendo tan mágicas tenían la capacidad de promover los sueños e inspirar la imaginación de todos los que las veían. También estaban las mariposas amarillas que infundían alegría y las de color violeta que anunciaban el arcoíris.
El HADA MARIPOSA tenía mucho trabajo, ya que tenía que asignar a cada grupo de mariposas el lugar donde debían ir y la misión que tenían que cumplir. En algunos casos, las enviaba a lugares

muy distantes donde hacía falta embellecer algún jardín o unirse a otras mariposas de otros bosques, pero la misión más común que les asignaba era ir por los caminos, acompañando el trayecto que hacían las personas y los niños. De todas maneras, el HADA MARIPOSA, pese a sus múltiples ocupaciones, nunca dejaba de sonreír, siempre tenía tiempo para jugar con los pajaritos que se acercaban hasta donde ella estaba y aparecía de vez en cuando en algún lugar, para revolotear junto con sus hermosas súbditas.

domingo, 19 de marzo de 2017

EL VIAJE

Conformada por camisones de punto, enaguas de algodón, zapatos nuevos, vestidos de lino, calcetines de seda, ropa interior y pañuelos bordados, mi padrino haciendo gala de su generosidad y de la nobleza de corazón que le caracterizó siempre, no escatimó en esfuerzos económicos para completar mi dote para el largo viaje. Era yo una niña de trece años en vísperas de convertirme a una tierra extranjera, y pese a que me esperaban mis padres al otro lado del océano, me embargaba una gran tristeza por tener que dejar todo lo que hasta ese momento había conformado mi mundo. Aunque una aventura donde experimentaría lo que no había visto nunca me esperaba, y todos los regalos recibidos de mi padrino Adolfo me halagaban y me hacían sentir como una reina, una gran incertidumbre invadía todo mi ser, y me hacía presentir que mi isla en la que había sido tan feliz, quedaría atrás para siempre. Dentro de aquel corpulento barco, custodiada por Doña Ángela y Don Félix, navegando ya sobre el inmenso océano Atlántico, comencé a transformarme en una extraña, dentro de mí brotaba un misterioso y desconocido sentimiento que me hacía sentir ajena y forastera ante aquello que me esperaba, arrancada de donde pertenecía temía estar confinada a ese sentir por siempre.
María de la Luz (19-03-2017)

miércoles, 15 de marzo de 2017

AMOR ETERNO

Simplemente soltó su cámara y dejó que flotara hacia la superficie. La foto sería la prueba de que la había encontrado, y también, sería el mensaje de que había decidido quedarse allí para siempre para cumplir su destino junto a ella. En la búsqueda del amor que le había sido arrebatado se adentró en aquel mar una y otra vez, hasta que lo logró. Ahora los dos reposarían en las mismas aguas, y bailarían juntos al vaivén de burbujeantes corrientes. Cuando la vio, cogió su rígida mano, besó su pálida tez, agradeció a las amarillentas algas que adornaran su vestido y sin demora la fotografió, entonces, se dispuso a navegar a su lado, dejando que los flujos marinos guiaran su camino hacia las profundidades. Partieron pues su amada y él, acompañados de un cortejo de curiosos pececillos de colores que prestos en su andar, parecían entender cuál era su misión, acompañarlos en su viaje. El cuerpo de ella en un lento y flotante giro se posó sobre él que se aferró a su cintura mientras se sentía desvanecer. Sus siluetas lánguidas e inertes, se fueron desdibujando lentamente en el transparente azul de aquel mar en calma, dejando tras de sí una estela de amor eterno.

María de la Luz (15-03-2017)

sábado, 4 de marzo de 2017

LA CIUDAD DE LUDKA

Lo que hace a Ludka diferente de las otras ciudades es que en vez de aire tiene humo de incienso.
La humareda de la gomorresina de olor aromático que se quema en todas las casas, como es la tradición, cubre completamente las calles, las habitaciones incluidos los servicios, patios y trasteros, están repletas de hermosos braserillos de todos los tamaños y colores, con cadenillas y tapa, que se heredan de generación en generación, y que se usan para quemar incienso y esparcirlo. Sobre las escaleras se posa una tenue neblina que desdibuja extrañas y sorprendentes figuras, que bailan al compás de las fumaradas que expulsan los incensarios. Encima de los tejados se produce una vaporización que da como resultado la aparición de pequeñas gotas de agua rojizas, que se dispersan con el viento.
Si los habitantes pueden andar por la ciudad, inhalando el perfumado y espeso humo de incienso, no lo sabemos; pero estamos seguros de que un vaho de sustancias balsámicas pulula por todos los rincones y rodea la ciudad.
A sus habitantes les conviene quedarse quietos y tendidos, cuando un golpe de olorosa y densa mezcla de vapores irrumpe a su paso. Los lugares están difuminados tras una cortina de humo, convirtiendo a la ciudad ante los ojos de cualquier extraño, en una gran mancha, fascinante y confusa.
Hay quien dice que los habitantes de Ludka al morir, sus cuerpos, se evaporan dejando tras de sí inexplicables y fragantes olores.
De noche, pegando el oído al suelo, se escucha un misterioso crepitar, de allí la creencia de que la ciudad se erige sobre ardientes brazas que subyacen en el subsuelo, y que éstas, desde las entrañas de la tierra sahúman la vida de aquella extraña y singular ciudad, signando el almizclado y humoso comportamiento de sus habitantes y permitiendo que su aroma, el de Ludka, se esparza por miles de kilómetros a la redonda.

María de la Luz (04-03-2017)

martes, 28 de febrero de 2017

FIGURANTES DE ILUSION

Estuvieron allí por cuatro meses, en fila india, uno detrás del otro, pegados entre sí, inmóviles, desnudos y sin notoriedad alguna. Venían de pasar una larga temporada, un año y medio quizás, dentro de un armario entre ropas y otros objetos. Nadie los imaginaba en aquel rincón.
A Martina, le gustaba fantasear que hablaban en susurro y que emocionados comentaban entre sí la dichosa suerte que habían tenido al ser designados a un venturoso y emocionante destino. Pero la realidad era que, la tristeza se apoderaba de ella al sentir que por algún motivo desconocido, fueron echados a un lado por su nuevo dueño. Con mucha ilusión y generosidad, creyendo ser partícipe de una causa altruista se los había ofrecido, con la ingenuidad del que cree ser útil y de que su intención es valorada en su justa medida.
En muchos ratos libres se sentó en su sofá a mirarles y en alguna que otra mañana al salir de su habitación, ellos los maniquí, la sorprendieron con su compañía en su olvido. De vez en cuando la nostalgia y la melancolía se apoderaban de Martina, al recordar la ilusión que le había hecho su llegada a su piso.
Ahora, muchos meses después, mirando las fotos colgadas en las redes sociales, los volvió a ver. Ya no estaban en fila india, yacían erguidos, orgullosos e impecablemente vestidos, desbordando elegancia y sobriedad en aquel stand exquisitamente decorado. Ya no eran los mismos, cada quien ocupaba un lugar a sus anchas y con comodidad. Casi se podría decir que eran respetados por todos aquellos que pasaban por allí. Y fantaseando otra vez, los vio sonreir siendo objetos de elogio y admiración.
No supo nunca, en qué condiciones estaban desde que salieron de su piso hasta que los volvió a ver. Su nuevo dueño después de una ambigua actitud decidió llevárselos y nunca mas habló de ellos.
Y pensar que aquellos elegantes maniquís, habían estado durante cuatro meses en un pequeño piso, ubicado frente al mar, convertidos en figurantes de ilusión y vestidos con la ingenua suposición del amor. Al verlos nuevamente, una vez más le invadía a Martina la nostalgia, esta vez acompañada del amargo sabor que deja la ingratitud, pero con la certeza de que exhibían para ella el mejor de los ropajes, el que no derruye el tiempo, el recuerdo del mejor de los sentimientos.

María de la Luz.
(28/02/2017)

domingo, 12 de febrero de 2017

EL HADA CORAZÓN Y EL CARNAVAL

Era muy hermosa, todos se detenían aunque fuera un minuto a admirarla, y los niños embelesados, corrían a darle sus pequeñas manos, pues ella era tan encantadora, que los atraía de manera irresistible.
Un vestido blanco, vaporoso y amplio, adornado de corazones rojos que dejaban ver, de vez en vez un destello de luz, una varita de cristal que sostenía entre sus delicadas manos, una zapatillas transparentes, una larga y abundante cabellera castaña oscura, mejillas sonrosadas, labios encarnados, grandes ojos verdes y una misteriosa sonrisa, tal era el aspecto de la delicada chica; y a la inevitable pregunta que le hacían los más pequeños, siempre contestaba: -Soy el HADA CORAZÓN-.
Pepe no pudo evitar dejar de observarla durante todo el tiempo que estuvo allí. Como todos los años y como era su gran pasatiempo, con su nueva cámara en mano, Pepe acudió al gran desfile en búsqueda de una toma espectacular, que le hiciera poseedor de una original y grandiosa foto.
Los niños corrían hacia ella nada mas verla, por lo tanto caminaba acompañada de un montón de pequeños tigres, osos, duendes, flores, reinitas, reyes, princesitas, príncipes, robots, caramelos y pare usted de contar. Muchos niños le creían cuando les decía que ella era un hada de verdad.
De tanto en tanto Pepe, se acercaba lo suficiente como para escuchar lo que hablaba con los pequeños, pues su curiosidad era mucha.
La pudo ver durante todos los días que duró el carnaval en la ciudad, y estaba decidido a hacerle muchas fotos, pues su traje era muy original y no sé por qué misteriosa razón a él le parecía que lo llevaba con tal naturalidad que cualquiera pensaría que era su ropa habltual, no parecía ni nuevo ni viejo, simplemente era hermoso y diferente.
Como siempre Ada, podía andar a sus anchas por doquier por estos días siendo ella misma, y lo mejor de todo era, que podía hacer uso libre de sus mágicos dones, ya que la alegría y el ambiente de fiesta era tal, que nadie reparaba en su verdadera identidad. Y así le sucedía a sus hermanas, el hada mariposa y el hada ilusión.
Su vecina Doña Encarnación, siempre le pedía algún favorcillo mágico, lo que le hacía pensar que era una anciana muy sabia que se había convertido en su cómplice.
A ella le hacía mucha ilusión asistir al gran desfile, el cual esperaba con ansias cada año, porque una vez allí, caminando junto a todas aquellas personas esparcía mágicos y misteriosos polvos con tan solo hacer una tímida reverencia, polvos cargados de sonrisas, valores, bondad, fidelidad, respeto, inocencia, arte, dones y talentos, destinados a aportar bienestar a todo aquel que los recibiera, y por otra parte la música, las risas, el colorido, los originales vestidos, los grupos de grandes y chicos todos juntos haciendo sus coreografías y representaciones carnavalescas, las grandes carrozas y las hermosas reinas del carnaval, la hacían sentirse como en su mundo, divirtiéndose un montón con todos los niños a su alrededor.
Una vez que terminó la gran fiesta, Ada volvió a su vida habitual hasta el próximo carnaval para seguir cumpliendo con su misión, y Pepe logró tomar una foto a un hada de verdad sin saberlo.

María de la Luz (12-02-2017)

lunes, 30 de enero de 2017

UNA ESTRELLA EN MI JARDÍN

He de confesar que la gente cree que estoy un poco loca o peor aún que soy bruja, ya que desde que nací una serie de sucesos considerados mágicos por mí pero extraños por los demás, han marcado mi existencia. Mi abuelita solía decirme cuando era pequeña, que no hiciera caso de los comentarios ya que la gente solía ser muy aburrida y limitada y esto no les permitía ver las maravillas del universo y menos aún poseerlas, como había aprendido a hacerlo yo con la sabia enseñanza de mi querida abuela. Así que yo que me aferro a estos argumentos tan convincentes, vivo feliz pidiéndole al universo según lo he aprendido, lo que se me antoja. A continuación les cuento como mi vecina Pepita que no dejaba de vigilarme a través de la ventana de su cocina, fue testigo del maravilloso regalo que me hizo cierto día, el cielo. Resulta que estando yo en una apacible tarde, absorta en la escritura del diario de mis sueños, escuché un extraño ruido afuera. Las cortinas se movieron y mi gato Anastasio se metió debajo del sofá. Un gran resplandor invadió la cocina. Sentí un viento cálido y mi cabello se llenó de escarcha azul. Sonreí y pensé que por fin tenía la mía. Me asomé al jardín y allí estaba. Tendría que esperar a que su fulgor se apaciguara. Era maravilloso ver todas esas diminutas luces de colores pululando por todo el lugar. Había caído una estrella en mi jardín. Mi pobre vecina Pepita que no salía de su asombro cayó desmayada por la impresión de tal acontecimiento. Yo salí a mi jardín con Anastasio que se repuso del susto rápidamente, y me quedé allí disfrutando del maravilloso espectáculo y agradeciendo al cielo su regalo. Para cuando se apagaron todas las luces y logré llevar mi estrella al cuarto de los regalos ya mi vecina Pepita que me evitaba por todos los medios, contaba a su marido que había tenido un mal sueño y que no era necesario llamar al médico. La pobre, ha sellado la ventana de su cocina y ahora me vigila desde la caseta de su perro que me quiere un montón, y que no pierde oportunidad de escaparse a mi jardín a retozar y juguetear con las luciérnagas.
María de la Luz (30-01-2017)

lunes, 23 de enero de 2017

EL CIRCO Y LAS GOTAS DE COLORES

Aquel recuerdo de las gotas de colores me había acompañado a lo largo de mi vida. Resulta que siendo yo una pequeñaja de siete años, llegó al pueblo lo que parecía ser un circo. Vivíamos en un pequeño poblado cerca de nada y retirado de todo, y como podrán imaginar, la llegada de aquel conjunto de artistas, malabaristas, payasos y objetos de exhibición, produjo una gran algarabía que interrumpió la monotonía de aquel pobre y olvidado pueblo.
Como mi abuelo era una especie de autoridad que hacía las veces de Alcalde, a falta de uno, púsose presto para dar el visto bueno o no, a aquella suerte de disparatado desfile circense que en un santiamén puso patas arriba nuestras apacibles vidas.
La estridente música que invadió la calle principal ya no dejó trabajar a las gentes del lugar que con timidez, se fueron acercando poco a poco a la parafernalia del circo. Los niños ya no quisieron ir a la única escuela del pueblo que suspendió las clases por falta de asistencia. Y yo, que no me despegaba de mi abuelo ni un instante, le pedía insistentemente que me llevara a ver la función de los payasos.
Lo último que colocaron los trabajadores del circo, con ayuda y colaboración muy eficaz de algunos hombres del pueblo, fue la carpa. Todos sin excepción asistimos a la primera función, el pueblo entero yacía bajo la carpa del circo acompañado de un rotundo silencio esperando a que comenzara el espectáculo.
Empezó la función que sacaba largas y sentidas exclamaciones de admiración del público y de repente comenzó a llover. Por los numerosos agujeros de la vieja y trajinada carpa del circo se colaron imperceptibles y transparentes gotas de agua, que al entrar en caída recta y atravesar las luces multicolores que iluminaban el escenario, adquirieron color. Los actores del circo tan sorprendidos como el público, no tuvieron mas remedio que dejar que las gotas de colores formaran parte de la exhibición. Yo aluciné con el colorido espectáculo. Al final, el sonido de los aplausos se confundió con el de la lluvia, y todos aunque empapados deseábamos que en la próxima función volviera a llover.
Con la emoción en el pecho de mi primera vez en el circo, creí por mucho tiempo que todas las carpas de todos los circos tenían agujeros, y que así estaban hechas para cuando lloviera. Por mucho tiempo se habló en el pueblo del maravilloso espectáculo de las gotas de colores.
María de la Luz (23/01/2017)