jueves, 19 de julio de 2018

AQUELLA NOCHE


Aquella noche me desperté a su lado. Sabía que era mejor no hacer ruido para que los demás no se dieran cuenta. Había estado esperando aquel acontecimiento por mucho tiempo y el momento había llegado, por lo tanto, en aquel instante anhelaba con todo mi corazón ser valiente. Caminé sigilosamente entre mantos, reclinatorios y veladoras con sumo cuidado de no tocar sus alas, pues me parecían tan sutiles que temía que desaparecieran con el solo soplo de mi aliento, por eso, muy a menudo contenía mi respiración. No me atrevía a alzar la mirada por temor a que alguien me detuviera, así que todo el tiempo miraba mis pies descalzos tocar el mármol del piso a cada paso que daban mientras me sentía un tanto extraño. De vez en cuando su revoloteo me hacía trastabillar, pero seguía adelante sintiendo una fuerza misteriosa que me empujaba haciéndome creer que en algún momento emprendería el vuelo. Mientras mis brazos rodeaban su pequeña humanidad, no cesaba de pensar en el momento en que desperté y lo vi a mi lado. Cuando llegué al borde, un viento suave echó mi cabello hacia atrás, y el pequeño ángel desprendiéndose de mis brazos emprendió el vuelo no sin antes tenderme su mano e invitarme a ir con él, miré a mi alrededor y observé por última vez mi habitación, todas mis pertenencias estaban allí como de costumbre. Antes de irme me despedí de mis juguetes y le lancé un beso a mi madre que dormida yacía sobre el sillón junto a mi cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por volar en el cielo de mis palabras!!!